Antiguamente,
la noche de Todos los Santos, se tenía por costumbre que los niños
y niñas del pueblo fueran por las casas a pedir "angelicos"
, los cuales consistían en alimentos típicos del otoño como
almendras, membrillos, castañas... que las familias a las cuales
tocaban a la puerta les daban tras escuchar la siguiente canción:
Angelicos, angelicos,
del cielo venimos
uvas, melones,
¡De todo pedimos!"
Hoy en día esta tradición prácticamente ha
desaparecido, sustituyéndose por lo que se conoce como el día de
Halloween, una costumbre americana que se ha implantado en nuestro
país y en la que los niñ@s se disfrazan de seres terroríficos y
salen casa por casa en busca de caramelos, lo que para la humilde
opinión de muchos, está acabando con tradiciones mucho más bonitas
y propias de nuestra cultura.
En cuanto a los jóvenes...la popular fiesta de las
castañas que es como se le conocía entonces, y que consistía en
una quedada entre amigos para pasar el día de comida y asando
castañas se ha sustituido también por disfraces de fantasma, bruja
o demonio que se lucen hasta altas horas del amanecer en cualquier
discoteca de la ciudad, dejando atrás esos buenos ratos que sólo se
conseguían en la tranquilidad y sencillez de este bonito pueblo.
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