viernes, 14 de febrero de 2014

CUENTA LA LEYENDA...



Antiguamente la gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se lleva su alma a la tierra de los muertos. Pero a veces sucede algo tan horrible que junto con el alma, el cuervo se lleva su propia tristeza y el alma no puede descansar. Y a veces, solo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal. Los edificios parecen antorchas, no quedan más que cenizas...Y sé que si el amor es verdadero siempre durará mucho más allá de la muerte. Si nos roban a nuestros seres queridos, la forma de hacer que vivan más tiempo es no dejar de amarlos nunca. Los edificios arden y las personas mueren pero el amor verdadero hacia ellos es para siempre. No puede llover por siempre...Y por aquí el cuervo nunca emprendió su vuelo, aún sigue posado en el muro de la terraza, se posa también en la puerta de mi cuarto...Y sus ojos tienen la apariencia de alguien que está soñando, y la luz de la lámpara que sobre él se derrama tiende en el suelo sus cuatro sombras...Y mi alma, del fondo de esas sombras que flotan sobre el suelo no podrá liberarse jamás. El recuerdo es el único paraiso del cual nunca vamos a poder ser expulsados.




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